Es una construcción que, en su parte inferior tiene un conducto subterráneo para la recogida de las aguas de lluvia, probablemente de construcción árabe, y que posteriormente se han reforzado las paredes con piedra, formando un pozo de unos 5.5 metros de diámetro y con una profundidad de unos 8.5 m, que desde tiempos inmemoriales se ha utilizado como almacén de hielo.
Para ello, en los meses de invierno, cuando en las balsas se formaba una fuerte capa de hielo, era roto, arrancado y trasladado con carros hasta el pozo, o, en su caso, nieve, en donde se echaba una capa de hielo y otra de paja, hasta llenarlo, y, así, cuando en el verano el calor atacaba, se iban sacando partes de ese hielo para refrescar las bebidas y conservar algunos alimentos. Es decir la actual nevera.