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Nuevos Ministerios Traditional Cache

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Ana y Fernando: Perdonar las molestias.

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Hidden : 8/6/2009
Difficulty:
1.5 out of 5
Terrain:
1.5 out of 5

Size: Size:   micro (micro)

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Geocache Description:


Nuevos Ministerios


Los Nuevos Ministerios fueron encargados por Indalecio Prieto, ministro de Obras Públicas en el primer gobierno de Azaña, a Zuazo en diciembre de 1931, buscando crear un gran complejo administrativo en los terrenos del antiguo Hipódromo Real en el paseo de la Castellana, cedidos por el Ayuntamiento al Estado en 1925.

En 1932 Zuazo expuso sus primeros tanteos, enfatizando la ordenación volumétrica del gran complejo construido y, sobre todo, el sistema de espacios vacíos o plazas públicas; y el mismo Zuazo refirió haberse inspirado en la arquitectura del monasterio de El Escorial, en las lonjas y la traza universal creada en el siglo XVI por Juan Bautista de Toledo.

El arranque de la obra de los Nuevos Ministerios fue el Plan de Extensión de Madrid de 1929, en el que proponía canalizar el crecimiento de la ciudad de Madrid según el eje norte-sur del paseo de la Castellana, marcando la dirección de los nuevos enlaces ferroviarios hacia la nueva [estación de Chamartín]]. Madrid, que no necesitaba salvar ninguna barrera geográfica para este crecimiento, contaría con el gran edificio de los Nuevos Ministerios para señalar el carácter de la nueva ciudad que Zuazo esbozó formada por grandes bloques lineales perpendiculares ala gran avenida y orientados norte-sur.

Los Nuevos Ministerios, desde el punto de vista puramente urbanístico, plantea el difícil problema de manejar una mole edificada cuyas dimensiones sobrepasaban con mucho las del resto de los elementos previstos en las márgenes del paseo de la Castellana. Y es el problema de la dimensión el que, por una parte, hace recurrir al lenguaje y al modelo de El Escorial y, por otra, exige una atención especial hacia el diseño de los espacios libres.

A lo largo de mucho tiempo, los Nuevos Ministerios han sido la imagen arquitectónica del régimen de Franco, cuando, paradójicamente, se trata de una obra concebida y realizada por la República. Por otra parte, hay cierta resistencia a considerarlos Nuevos Ministerios como obra fundamental en la trayectoria del Zuazo arquitecto (como lo es la Casa de las Flores, 1930- 1931, o lo fue el Frontón Recoletos, de 1936) a causa de las circunstancias singulares en que se desarrolló la obra, sin que Zuazo pudiera concluirla. Este y otros problemas gravitan todavía hoy sobre la interpretación de un proyecto marcado por su significación política y su dimensión urbana, ambas cosas suficientes para convertirlo en uno los hitos arquitectónicos del Madrid del siglo XX.

Resulta, sin duda, apasionante la historia de los Nuevos Ministerios como empresa concebida por un régimen polít ico y que acaba convertida en símbolo que, nada menos que a través de una guerra, logra acabar con él. No menos apasionante resulta comprobar cómo un edificio que trataba de impulsar un nuevo modelo de ciudad consigue pervivir cuando de tal modelo no queda más que un elemento de infraestructura, el eje viario. No es tan apasionante, sin embargo, la historia arquitectónica de los Nuevos Ministerios. Nada hay en esta obra de las deseadas fusiones entre la tradición y la modernidad o de acercamientos entre clasicismo y racionalismo, y menos todavía de invenciones e spaciales o revoluciones funcionales. El ejercicio arquitectónico de Zuazo en los Nuevos Ministerios es un mero ejercicio de lenguaje académico sobre el que pesan enormemente las dimensiones del complejo. Los arquitectos del siglo XIX, con gran libertad interior, se entregaron sin trabas al juego de los estilos, produciendo obras con gran virtuosismo de lenguaje capaces de adaptarse a nuevos lugares o nuevos programas. En el momento en que se realiza la obra de los Nuevos Ministerios, la modernidad arquitectónica había llevado a cabo ya algunas experiencias tan extraordinarias, que resulta imposible no juzgar inerte, anquilosada y compositivamente anacrónica la propuesta de Zuazo. Habrá que esperar hasta los años cincuenta para que los arquitectos españoles, también los madrileños de los que Zuazo fue maestro indiscutible, caigan en la cuenta de que la arquitectura moderna se había convertido ya en una tradición que no podía ser evitada y comiencen a experimentar con sus formas y sus modos de composición como antes lo habían hecho con los modelos tradicionales.

En los años treinta, los Nuevos Ministerios coinciden prácticamente en el momento más activo del GATEPAC, el único movimiento en España que buscó a tiempo una incorporación a la modernidad europea. Sin embargo, a la hora de construir el edificio administrativo más importante de la capital y el engranaje entre el antiguo y el nuevo Madrid, se recurre por enésima vez al modelo del clasicismo escurialense, dando la espalda a experiencias no tan lejanas como las del expresionismo alemán o el racionalismo italiano.

Additional Hints (Decrypt)

Ry pnpur rf ha anab heonab. Yyrine obyv cnen svezne. Ohfpne rager ry crqrfgny l yn cnerq.

Decryption Key

A|B|C|D|E|F|G|H|I|J|K|L|M
-------------------------
N|O|P|Q|R|S|T|U|V|W|X|Y|Z

(letter above equals below, and vice versa)